Si nos hubieramos remontado a la primer temporada de Tigre en la A hubiera sido un buen resultado. Si fueramos a una tarde en la B Nacional sería un gran punto cosechado afuera para sumar y llegar al ascenso. Hoy por hoy Tigre necesita volver, en caso de jugar afuera o quedarse al hacerlo en casa, con los tres puntos. Ya ha perdido 2 finales: una en San Juan y otra en Victoria contra All Boys y ahora se le vienen un par mas cuando reciba a Belgrano y visite a Unión de Santa Fe en las próxima fechas.
Esta tarde hubo buen fútbol a cuenta gotas: sólo cuando Leone y Díaz subían y Martínez aparecía se podía soñar con una buena cosecha. Los delanteros no anduvieron derechos: MAggiolo tuvo algunas opciones pero no pudo concretar y Luna no pegó una, además de salir golpeado. Olimpo tampoco fue gran cosa, ya que insinuó poco en ataque abusando de los remates de media distancia de Rolle y de Furch. A pesar de esa mezquindad llegó una contra en la que Franzoia ganó en velocidad y llegó el ingresado Aquino madrugando el cierre siestero de Casteglione y Díaz, y la clavó para hacer que el corazón del hincha tigrense quede al borde del infarto. Corrían unos 28 minutos por aquel entonces y Tigre fue con las ideas que se le cayeron y el local se resguardó atrás para contragolpear con los ingresos de Ríos y Pavlovich. Botta en lugar de Morales y Carrasco en lugar de Luna le dieron un poco más de atrevimiento y fue así justamente como lo empató: desbordó el habilidoso Botta y el pequeño gran volante Carrasco aprovechó otra siesta defensiva de su rival para devolverle el alma al cuerpo al moribundo Tigre que si perdía estaba entrando en una sensación horrible de irse hundiendo en los promedios.
Es la hora de no dejar pasar el tren de la victoria, que va cargado de puntos importantes y que dejan al rival mutilado, robado, sin esos puntos que son energía vital hacia la permanencia en Primera o al menos esquivar el descenso o la promoción.
Foto: www.nuevodiarioweb.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario